viernes, 8 de mayo de 2009

Buenos días, Kindle DX

Tengo siempre localizado un artículo de Arcadi Espada sobre lo poético de las nuevas tecnologías, que lleva por título Celos. El arranque del mismo ya es prometedor: "Las suspicacias poéticas en torno a la tecnología han llegado a tal punto que para describir y honrar la pureza de un artista se dice que no usa blackberry". El futuro del periodismo (¡y de cualquier industria!) está garantizado en tanto se integre con todos esos maravillosos gadgets que van surgiendo a golpe de ingenio. Lo que ayer se vio como una amenaza, hoy ya comienza a venderse como la tabla de salvación incluso para las grandes damas del periodismo. Lo decía Espada a propósito del lanzamiento del iPhone de Apple:

"Es completamente falso que la tecnología sólo procure respuestas funcionales a problemas funcionales. La tecnología proporciona respuestas mágicas y elabora programas de ilusión que entran directamente en competencia con la función del arte. Un coche deslizándose por una sinuosa carretera francesa, mientras sus ocupantes escuchan una sonata de César Franck, compite con un párrafo de Proust…. ¡y con el propio Franck!, que jamás habría imaginado para su música ese arco del cielo. En cuanto al cristal del iPhone, cima de nuestra civilización, poco hay qué decir: basta pellizcarlo para experimentar una metáfora".